Carta al editor

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Octubre 2003 Dra. Raquel Gerson Editora de la revista Anales Médicos Muy estimada Sra. Editora: Al terminar de leer el artículo titulado "Estudio retrospectivo del embarazo tubario en el Centro Médico ABC. Experiencia de 5 años". Anales Médicos 2003; 48 (2): 102-106, someto a su amable atención las siguientes consideraciones. La frecuencia del embarazo tubario en México es desconocida (por ausencia de estudios estadísticos confiables). Se mantiene como la principal causa de muerte materna directa en el primer trimestre del embarazo en las mujeres estadounidenses. Es también causa importante de ingreso en los servicios hospitalarios de emergencia, como lo indican los autores del artículo que estoy comentando. Habitualmente el diagnóstico se establece mediante interrogatorio y exploración física. Empero, el cuadro de amenorrea, discreto sangrado vaginal (spotting), dolor abdominal intenso, con irradiación al hombro y signos de irritación peritoneal no siempre están presentes. En los cuadros atípicos e inciertos, se requiere evaluación cuidadosa y auxilio con pruebas diagnósticas adicionales, como la determinación de gonadotropina coriónica (fracción beta) e inclusive ultrasonoecografía. Los factores etiopatogénicos son cambiantes en los diferentes países. En Estados Unidos de América, Inglaterra, Finlandia y Francia, las lastimaduras en las trompas de Falopio producidas por infecciones transmitidas sexualmente son la principal causa de gestación ectópica. Es interesante e incluso paradójico que tanto los métodos que pretenden impedir el embarazo (dispositivos intrauterinos), como los recursos usados para corregir la esterilidad (fertilización asistida) participen como factores etiológicos como ocurrió en las enfermas del artículo presentado en la revista. Por otra parte, pienso que respecto al tabaquismo (fuente de incontables males) con dificultad puede invocarse un mecanismo aceptable que intervenga en la producción de este fenómeno. Presumo que se trata más bien de una asociación casual y no causal, no obstante la opinión de Saraiya. (Am J Obstet Gynecol 1998: 493-498). Los autores merecen ser felicitados porque no es habitual ver publicados resultados terapéuticos extraordinarios y precisiones diagnósticas singulares, en este grupo de 129 pacientes estudiadas retrospectivamente. La ausencia o retraso para establecer el diagnóstico es motivo frecuente de demandas legales. El retraso, felizmente sin consecuencias fatales, obligó recientemente a un ginecólogo estadounidense a pagar 175 mil dólares. (Cont Ob Gyn 2003; 48 (5): 35).

Dr. Raúl Fernández Doblado Profesor Emérito de la Escuela Médico Militar y Miembro Emérito del Centro Médico ABC.

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2003-12-23   |   804 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 48 Núm.3. Julio-Septiembre 2003 Pags. 190 . An Med Asoc Med Hosp ABC 2003; 48(3)