En los años 1830, la sangría realizada a los pacientes con neumonía era una práctica frecuente. Pierre Louis, médico francés, tenía dudas del efecto “benéfico” de la sangría, motivo por el cual realizó un estudio observacional; obteniendo que la práctica de dicha intervención terapéutica ¡podía ser mortal! ( 1 ). Si bien, la editora del American Journal of Medical Sciences (1836) no dudó en aseverar que dicho estudio “era la primera exposición formal de resultados mediante el único método válido de investigación en relación con el valor terapéutico de los agentes curativos”, probablemente Louis no tenía idea del revuelo que iba a causar 150 años más tarde.
2004-01-22 | 1,408 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 4 Núm.3. Abril-Diciembre 2002 Pags. 47-49. Paediatrica 2002; 4(3)