La artritis reumatoidea juvenil (ARJ) se considera la enfermedad reumática más frecuente en la edad pediátrica. Se define por la presencia de una artritis persistente en una o más articulaciones, durante por lo menos seis semanas, una vez excluidos otros procesos. Los subtipos se definen en base a los síntomas de comienzo de la enfermedad: sistémica, pauciarticular y poliarticular. La forma de comienzo, la positividad de los factores reumatoideos pero también el curso de la enfermedad son los elementos fundamentales para el pronóstico. Se señala la persistencia de los síntomas mas allá de los seis meses en la forma sistémica como un importante factor predictivo de pronóstico desfavorable. El tratamiento es mucho más difícil en aquellos pacientes con indicadores pronósticos desfavorables. El objetivo terapéutico es aliviar el dolor articular crónico y suprimir el proceso inflamatorio, lo que se pretende lograr con fármacos y con fisioterapia para mantener la funcionalidad. Se hace especial mención al control oftalmológico para tratar de evitar la uveítis crónica. La primera línea del tratamiento farmacologico la constituyen los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), de los que la Food and Drugs Administration (FDA) acepta para su uso en pediatría al ibuprofeno, naproxeno, tolmetin y trisalicilato magnésico de colina. Los fármacos modificadores de la enfermedad son aquellos que retardan la progresión radiológica. El metotrexato (MTT) es el más utilizado, sobre todo para las formas de comienzo oligo y poliarticular, menos eficaz para las formas sistémicas. Debe controlarse su toxicidad hepática, aunque ésta es poco importante en la edad pediátrica y no se deben administrar vacunas a virus vivos durante el tratamiento. La sulfasalacina está más limitada en su uso por su toxicidad hepática, gastrointestinal y hematología. Los efectos de otros fármacos de este grupo como penicilamida, hidroxicloroquina y ciclosporina A no han sido suficientemente estudiados.
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2004-01-23 | 3,230 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 74 Núm.1. Enero 2003 Pags. 42. Arch Pediatr Urug 2003; 74(1)