Fragmento

El maestro Luis López Antúnez, hombre distinguido, elegante, de mirada comprensiva, tenía un dominio total de su tema: la neuroanatomía, la cual ilustraba con excelentes dibujos a gis de color en forma ambidiestra, sin interrumpir su cátedra. Al término de su clase el doctor López Antúnez borraba el pizarrón y con ello su obra de arte fugaz. Se ha ido el maestro de andar pausado, de impecable bata blanca, que escuchaba a los jóvenes estudiantes, siempre inquietos, quienes un día pasaron del inocente transcurrir de los días al drama del terror, como un cristal que se rompe en mil fragmentos, y que todavía se preguntan: ¿por qué son rojos, tan rojos?, ¿son pedazos de oscuro plomo?, ¿o será un hermoso vitral?, ¿o un precioso dibujo del doctor López Antúnez que no logró borrar totalmente? Eso sólo lo sabe nuestro querido profesor. Esta es la manera en que sus alumnos recuerdan al maestro Luis López Antúnez, y me permití anexar este pequeño párrafo porque lo más valioso para él eran sus alumnos y esa motivación que le conferían las incansables cátedras que dictaba.

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2004-01-26   |   4,826 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.7. Enero 2004 Pags. 15-18. Dol Clin Ter 2004; II(7)