Pediatría y desarrollo humano

Autor: Guevara Chacabana Gamaniel Raúl

Fragmento

Desarrollo humano y humanismo El siglo que empieza podría ser – o debería ser – el siglo del desarrollo humano. El siglo del reencuentro del hombre con el hombre mismo. Hasta hoy, la humanidad ha recorrido un camino difícil, complejo y contradictorio. Pero no está, como se ha sugerido, ante el fin de la historia (1), sino más bien ante el umbral de la verdadera historia humana. El animal humano se hizo Homo Sapiens por medio del trabajo (2). Gracias a él adiestró sus manos y las liberó definitivamente del suelo para poder erguirse y caminar en sus dos pies. La necesidad de la cooperación para el trabajo y para la supervivencia le permitió adquirir el lenguaje y con él los conceptos, la reflexión y la conciencia (3). Se generó así – socialmente – una clase de información diferente a las anteriormente conocidas: el psiquismo consciente o humano, que en adelante caracterizaría y configuraría la organización y el desarrollo de la sociedad humana y, por consiguiente, la de cada uno de sus miembros (4). Pero el hombre se deshumanizó también por medio del trabajo. A medida que fue dominando la naturaleza y que los lazos sociales se hicieron más estables, las diferencias naturales y destrezas entre los productores – hasta entonces dueños de sus productos – condicionaron el surgimiento de la división del trabajo y, con esta, la raíz de la deshumanización. Con la creciente división social del trabajo, el incremento de excedentes y la aparición de jerarquías sociales, el producto se separa del productor como un ser extraño a él. Entonces, el hombre invierte su relación con las cosas y los hombres: humaniza las cosas (fetichismo) y cosifica a los hombres (deshumanización o alienación). Así, los hombres empiezan a perder su libertad (y también su dignidad). El esclavismo, la servidumbre feudal, y la explotación del trabajo asalariado dan testimonio de esta deshumanización (5).

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2004-01-28   |   636 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.1. Enero-Abril 2000 Pags. 29-31. Paediatrica 2000; 3(1)