El comportamiento violento es inherente a la condición humana. Los niños y los adolescentes, como otras minorías irredentas, han sido víctimas de ello, sin la posibilidad personal de salvarse por sí mismos, tener conciencia de su situación e igualar su poder con el de la sociedad adulta. El problema es viejo como el mundo. En Esparta tiraban a los niños malformados de la Roca de Tarpeya, Lot consoló su viudez cometiendo incesto con sus hijas y cada 28 de diciembre la cristiandad conmemora el día en que todos los niños menores de dos años, en Belén, fueron degollados por orden del rey Herodes. Antes y después, por razones políticas, religiosas o porque sí, han sido innumerables los niños que han sido torturados, abusados y explotados.
Palabras clave: Niños adolescentes minorías violencia.
2004-02-12 | 959 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 72 Núm.1. Enero-Marzo 2001 Pags. 3-5. Arch Pediatr Urug 2001; 72(1)