INTRODUCCIÓN Entre los múltiples problemas que el accidente térmico plantea han despertado siempre enorme interés los estudios referentes a la reposición de su pérdida cutánea, pues la infección y la pérdida de plasma en las superficies quemadas lleva consigo una disminución de las reservas proteicas que son imprescindibles para la proliferación celular y la curación de las heridas. En la quemaduras de tercer grado (B de la clasificación de Benain) y en las de segundo grado debido a un tratamiento inadecuado o por otras causas se infectaron, transformándose en lesiones de tercer grado, es preciso recurrir a la cobertura de las zonas quemadas, no disponemos de suficientes áreas dadoras, lo que obliga a utilizar otro tipo de cobertura.
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2004-02-23 | 2,162 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 62 Núm.111. Julio-Diciembre 1997 Pags. 48-53 Rev Inst Med Su 1997; LXII(111)