Autor: Dubravcic Luksic Antonio
Para referirnos al TIEMPO, consideramos oportuno remitirnos a la Biblia, que trata del hombre sencillamente como tal sin recurrir a adjetivos de ninguna naturaleza. "El Libro de los Libros", dice David Ben Gurión, comienza con la historia del primer hombre, que no era más que eso: sencillamente hombre. De esa manera, la Biblia puede considerarse como la tradición y la historia del planeta Tierra y de la humanidad que lo habita. Eclesiastés 2.3, nos relata de que en este mundo todo tiene su tiempo y todo lo que hay debajo del cielo pasa en el término que se ha prescrito. Un tiempo para nacer y un tiempo para morir, Un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado. Un tiempo para destruir, y un tiempo para construir. Un tiempo para el amor, y un tiempo para el odio. Un momento para callar, y un momento para hablar... A través de la historia, el hombre ha buscado una definición del tiempo, ha tratado de responder algunas preguntas: ¿Existe en realidad?. ¿Cuál es su forma?. ¿Es constante y eterno, o bien, cambiante y efímero?. Platón en sus diálogos dice que el tiempo es la imagen de la Eternidad, el tiempo es tanto una idea abstracta, como una realidad de la vida. El hombre primitivo, consideraba la vida como el Gran Tiempo, un instante eterno, en el cuál coexisten el pasado, el presente y futuro.
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2004-02-24 | 1,509 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 64 Núm.115. Julio-Diciembre 1999 Pags. 105-108. Rev Inst Med Su 1999; LXIV(115)