El derecho a la verdad y el derecho a morir dignamente

Autor: Gutiérrez Jaramillo Javier

Fragmento

En la práctica diaria profesional con frecuencia nos tenemos que enfrentar a la muerte. Lo más seguro que tenemos en esta vida es la MUERTE. «La muerte es algo que les sucede a los demás» (Valery). Tenemos que vencer el tabú de la muerte. En el fondo nos consideramos inmortales. Debemos hacer educación para aceptar la muerte con más realismo y tranquilidad. La racionalidad científica no la puede aceptar porque todo tiene que ser razonable, todo tiene que ser programable y nos irrita que la muerte se nos escape a esa programación. Nuestros hijos deben aprender a ver la muerte como un proceso natural de nuestra existencia. No ocultarles la verdad por el temor de no traumatizarlos. Tenemos que fomentar la cultura del saber perder, porque toda nuestra vida terrenal estará llena de pérdidas: perderemos a nuestros seres queridos: padres, amigos, parientes. Los bienes materiales que tenemos serán efímeros, y ninguno de ellos los podemos poseer para siempre. Los bienes espirituales, el estar con Dios y cumplir el sentido ético de nuestra existencia, con la tarea de hacer el mayor bien que podamos, pensar que esta vida es sólo un paso hacia una felicidad completa y eterna, mitigará los sufrimientos que se puedan tener. La frase poética:«mientras haya un soplo de vida hay esperanza» no se aplica en la realidad. Cuántas enfermedades incurables tenemos que manejar sin que ese soplo de vida nos dé una esperanza.

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2004-04-05   |   945 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 27 Núm.1. Enero-Marzo 1996 Pags. 33-36 Colomb Med 1996; 27(1)