“Una imagen dice más que mil palabras” Desde los inicios de la dermatología las imágenes han sido de gran importancia para esta rama de la medicina, de hecho antes que las fotografías la representación de la patología se había hecho en pinturas, grabados, láminas, dibujos, esquemas y figuras de cera. La importancia de la imagen digital inició hace más de una década en que en el Journal American of Dermatology se publica una de las primeras descripciones acerca de las técnicas digitales en nuestra especialidad. Las cámaras digitales se componen de un sistema óptico igual que las tradicionales, una unidad CCD que transforma de inmediato la información lumínica en información electrónica y un sistema propio de almacenamiento temporal que son las tarjetas de memoria, la cual debe ser removible además de contar con una capacidad adecuada para una jornada laboral, en dermatología se requiere de intercambio de lentes y el flash tal como lo utilizamos en las cámaras tradicionales; otras características de la cámara son que se puede incorporar un dispositivo de imagen de cristal líquido, que se coloca en la parte trasera de la cámara y es una pantalla donde se visualizan las imágenes, lo cual permite borrar representaciones recién obtenidas y las contenidas en la memoria de la cámara, finalmente el sistema de descarga de información al archivo permanente y un alto consumo de energía proporcionado por pilas 1.5 V o el uso de pilas recargables.
2004-04-13 | 1,089 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 13 Núm.1. Enero-Abril 2004 Pags. 5-6 Rev Cent Dermatol Pascua 2004; 13(1)