Introducción Aunque el cerebro constituye el 2-3% del peso total corporal, sin embargo requiere del 20% del consumo total de oxígeno y del 15% del gasto cardiaco, habiéndose estimado que la corteza cerebral normal presenta un flujo sanguíneo promedio de 50-55 ml/min por 100 g de tejido cerebral. Como es conocido la perfusión cerebral se produce a través de ambas arterias carótidas y de las vértebro-basilares, anastomosándose estas últimas en la base del cráneo, formando la arteria basilar, originándose finalmente para cada hemisferio cerebral dos arterias cerebrales, anterior y media, a partir del sistema carótideo, y la arteria cerebral posterior a partir del sistema vértebro-basilar. El flujo sanguíneo cerebral se mantiene rígidamente por medio de varios mecanismos de control, entre los que figuran principalmente la concentración sanguínea de dióxido de carbono y en menor grado la concentración de oxígeno. El exceso de dióxido de carbono o la disminución de oxígeno causan vasodilatación cerebral, regulando la perfusión sanguínea a este órgano. La corteza cerebral drena su sangre a través de las venas sagitales superior e inferior y de los senos venosos transversos, todas las que finalmente drenan al sistema de las venas yugulares internas.
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2004-04-19 | 3,214 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 8 Núm.1. Enero-Marzo 1998 Pags. 67-74. Oncología 1998; 8(1)