Autor: Camputaro Luis A
Introducción Las modernas técnicas de Neurocirugía, asociadas a un gran avance en el diagnóstico por imágenes; permiten actualmente la programación y ejecución de cirugías impensables hace sólo una década atrás. La rutina del Cuidado intensivo de los pacientes con tumor cerebral se ha incrementado, y deberían incluir los cuidados pre y postoperatorio de los mismos implicando seguimiento estrecho y mayor sofisticación en el monitoreo. Si bien la evolución a la que nos hemos referido es muy importante, tal vez el cambio médico más importante estaría basado en una mejor comprensión de las alteraciones fisiopatológicas que suceden en estos pacientes, de tal forma de ofrecemos nuevas y mejores terapéuticas para brindarles no sólo una mayor posibilidad de sobrevida, sino de calidad de la misma. Otra de las consideraciones a tener en cuenta es que la reacción en los últimos años se ha comenzado a vislumbrar cuán multifacético y dinámico es el paciente neurológico agudo, por lo cual en ningún momento se debe dejar de monitorear al paciente desde el punto de vista clínico, ya que el impacto sistémico de la lesión neurológica aguda puede llevar a complicaciones en sí misma. La detección precoz, y pronto tratamiento del deterioro clínico son las indicaciones para el ingreso a la Unidad de Cuidado Intensivo (UCI) de los pacientes en el pos quirúrgico de tumores cerebrales, cualquiera sea su extirpe. Las causas de deterioro pos operatorio son variadas e incluyen: emergencia anestésica, hemorragia intracraneana, hidrocefalia, edema focal, hipertensión endocraneana, disturbios hidroelectrolíticos, convulsiones, vasoespasmo, isquemia cerebral, y broncoaspiración. En el desarrollo del presente nos dedicaremos solamente a una de las complicaciones del postoperatorio del tumor cerebral: la hipertensión endocraneana (HTE).
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2004-04-19 | 3,481 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 8 Núm.1. Enero-Marzo 1998 Pags. 99-106. Oncología 1998; 8(1)