Palabras de un médico que termina su residencia 1999-2001, Hospital ABC

Autor: Juárez Rojas Carlos Salvador

Fragmento

Cómo poder imaginar, cuando iniciamos la carrera de medicina, que la vida del hermano estaría algún día directamente en nuestras manos, que seríamos depositarios y vehículos del Divino Poder de retornarla salud a nuestros semejantes, que palabras tan simples como “gracias doctor” darían total valía y sentido a tu desvelo, a tu cansancio, a tu ayuno y a la lejanía de tu hogar. Hoy, a muchos años de esto, a un paso de iniciar nuestra vida profesional plena, es necesario hacer un alto y reflexionar acerca de todos aquellos que hicieron posible un día como hoy, analizar lo que ellos esperan de nosotros, así como lo que tú mismo esperas y deseas de ti. Es un buen día para honrar a nuestros maestros, aquellos que han compartido su experiencia y cono-cimiento con el único y desinteresado anhelo de verte crecer y alcanzar tus aspiraciones. Los sentimientos de gratitud, admiración y respeto habrán de mantenerse vivos por siempre en todos nosotros; sus enseñanzas eberán de alentarnos para transmitir nuestra propia experiencia a los compañeros más jóvenes, perpetuando así el milenario ciclo del maestro y el aprendiz.

Palabras clave: Medicina Divino Poder gratitud admiración respeto.

2002-12-11   |   1,073 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 45 Núm.4. Octubre-Diciembre 2000 Pags. 166. An Med Asoc Med Hosp ABC 2000; 45(4)