Fragmento

La orientación espacial que la Tierra nuestra cuna planetaria, guarda respecto del Sol, causa diferencias tanto en la cantidad como en el ángulo con que la luz incide sobre la faz del planeta. La distancia, así como la posición relativa de estos dos cuerpos producen el día y la noche, el verano y el invierno; por su causa, devienen con regularidad la estación seca y la humeda, el frío y el calor. Las revoluciones que la Tierra efectúa sobre su eje de rotación originan el fotoperiodo, el ciclo perenne de luz y obscuridad. Este paramétro geofísico ocurre con singular precisión. Tal vez por este hecho fundamental, la mayoría de los seres vivos sincronizan sus ritmos vitales con la cantidad de luz ambiental.

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2004-05-13   |   1,121 visitas   |   Evalua este artículo 1 valoraciones

Vol. 40 Núm.4. Julio-Agosto 1997 Pags. 155-158 Rev Fac Med UNAM 1997; 40(4)