Autor: Orozco Zepeda Héctor
La importancia del hígado en la salud y la enfermedad se reconoce desde hace muchos siglos. Existen papiros de médicos desde 3,000 años antes de Cristo en la época de Imenotep en Egipto, en donde se habla de diferentes enfermedades, entre ellas, aquellas que presentan ictericia. En el tiempo de Hammurabi en Mesopotamia, 2000 años antes de Cristo, se creía que el hígado era la parte central del cuerpo humano y el hígado de animales sacrificados servía para adivinar o predecir el futuro. La preocupación de la función del hígado en relación de la salud y la enfermedad se incrementó con Hipócrates en los siglos IV y V antes de Cristo. En los siglos XVIII y XIX se empieza a tener una mayor experiencia con problemas del hígado sobre todo traumáticas y así a mediados del siglo XVIII, John Hunter describe que: "Cuando hay una herida en el hígado, habrá un dolor intenso. Si es del lado derecho, se irradiará al hombro derecho y si es del izquierdo la irradiación será el hombro izquierdo" y a finales del siglo XIX el Profesor Samuel Cooper describe en su libro: "Diccionario de Cirugía Práctica", "Una herida profunda del hígado es tan mortal como una herida cardiaca. Sólo las heridas superficiales son curables. Es frecuente que en una herida del hígado se vea amarilla la piel y la orina y un gran prurito. El drenaje de la herida es generalmente amarillo y gelatinoso".
Palabras clave: Tumores hepáticos benignos cirugía.
2002-12-14 | 883 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 69 Núm.3. Marzo-Abril 2001 Pags. 128 Cir Ciruj 2001; 69(3)