Autor: Encalada Orellana José
La división en dos grupos de patologías malignas de linfocitos T o B, que desde el inicio diferenció a la Enfermedad de Hodgkin de los otros Linfomas agrupados de una manera general como Linfoma no Hodgkin, fue el punto de partida de importantes progresos basados en la patogénesis de este tipo de malignidades que permitieron la sub-clasificación de la Enfermedad de Hodgkin, que en la actualidad se reconocen 5 sub-tipos y que han permitido reconocer translocaciones cromosómicas, que han influenciado en el pronóstico y en el más acertado manejo terapéutico, que han permitido lograr un alto porcentaje de curaciones y que de una manera general es reconocida esta patología por la presencia de las células de Reed-Sternberg. Están reconocidos la asociación de mutaciones inducidas por el virus de Epstein-Barr (EB), el virus I linfotrópico de las células T y el herpevirus humano tipo 8, en el origen de este tipo de tumores, desde hace décadas la asocian al primero con el Linfoma de Burkitt, el segundo asociado como agente en los casos de Leucemia, Linfomas de las células T del Caribe y del Japón y el último a los Linfomas no Hodgkin de células B.
2004-06-22 | 691 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 13 Núm.3. Julio-Septiembre 2003 Pags. 115 Oncología 2003; 13(3)