Autor: Crider Russell J
Las lesiones del deporte en niños y adultos ocurren en la estructura anatómica más débil. La diferencia mayor de las lesiones del deporte entre los niños y los adultos consiste en que la estructura más débil en los niños es, frecuentemente, la placa del crecimiento y, en los adultos, son ligamentos. Por lo tanto, «el eslabón débil» cambia según el niño madura y las placas del crecimiento cierran. La definición de niño para los propósitos de esta presentación, es una persona joven cuyas placas del crecimiento están abiertas. Los tipos de lesión se establecen sobre la base de las regiones anatómicas comprendidas.Las lesiones alrededor del hombro y del codo con regularidad son provocadas por el lanzamiento. Los síntomas del hombro elevado y con sobreúso son detallados y tratados según la estructura anatómica comprendida. Las estructuras en el hombro incluyen el manguito rotador y los músculos redondo menor, supraespinoso, infraespinoso y subescapular, así como la epífisis proximal del húmero. Las lesiones medial, lateral y posterior del codo provocadas por el lanzamiento se analizan según su causa: debido a las fuerzas compresivas, de tensión o de choque, respectivamente, que ocurren cuando se realiza el movimiento de lanzar. Las lesiones compresivas laterales consisten en el «síndrome de Panner», compuesto de microfracturas de la superficie articular del capitellum, las que, si no se tratan, pueden producir trastornos en el codo durante la adultez. Las fuerzas mediales de tensión producen frecuentemente dolor en el área de la apófisis del epicóndilo medial, debido a tracción residivante del ligamento colateral medial, inducida por la aceleración súbita en rotación interna, como se ve en el movimiento que se realiza al lanzar. Finalmente, las fuerzas posteriores de choque se observan cuando el olécranon choca dentro de su fosa en el húmero durante el movimiento de lanzar.
2004-06-29 | 777 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 10 Núm.1. Enero-Junio 1996 Pags. Rev Cubana Ortop Traumatol 1996; 10(1)