Revisión de la bibliografía internacional

Autores: Soto Eguibar Enrique, Vega y Sáenz de Mier Rosario

Fragmento

“El cerebro ejecutivo” es la traducción al español recientemente publicada por la editorial Crítica, de Barcelona, del libro “The executive brain” de Elkhonon Goldberg, riginalmente publicado en inglés por Oxford University Press en el año 2001. El autor es un neurólogo neoyorkino de origen ruso, alumno de Alexander R. Luria a quien, por cierto, está dedicado este libro. El texto nos propone una nueva mirada al papel funcional de los lóbulos rontales y su participación en la cognición y en la toma de decisiones. El lóbulo frontal, y en particular la corteza prefrontal, que se define como el área cortical que recibe proyecciones del núcleo talámico dorsomedial, experimentaron una expansión explosiva en las últimas etapas de la evolución. El tamaño de la corteza frontal en relación con el resto de la corteza cerebral aumentó progresivamente desde los simios al hombre, en el cual ocupa el 29% del neocortex, en comparación con el 17% que abarca en el chimpancé. La expansión de esta área cortical se correlaciona de forma muy directa con el desarrollo de los procesos psíquicos superiores y, particularmente, con la conciencia del Yo y la capacidad de reconocerse como individuo. Según Goldberg, el reconocimiento del Yo, así como la apacidad de inferir estados mentales en los otros, es una función de los lóbulos frontales. A partir de estudios de pacientes con lesiones de estas áreas se ha demostrado que participan de forma predominante en la planeación conductual y en el análisis de las consecuencias de nuestros actos. Los individuos con lesiones en las regiones dorsolaterales de los lóbulos frontales muestran una notable pasividad; dice Goldberg: “son como objetos newtonianos que tienden a permanecer en estado de reposo o de movimiento inercial sin un objetivo, sin un programa específico de acción que sea el resultado del análisis de las consecuencias finales de una conducta”. Curiosamente, los individuos con lesiones en las regiones orbitofrontales muestran conductas contrarias al síndrome dorsolateral: “Los pacientes son desinhibidos, su tono afectivo oscila fácilmente y son altamente impulsivos. Su capacidad para inhibir la gratificación instantánea está seriamente dañada. Hacen lo que les apetece hacer cuando les apetece hacerlo, sin ninguna preocupación por normas sociales o prohibiciones legales. No tienen previsión de las consecuencias de sus acciones”. De lo anterior se desprende que para entender la fisiopatología de diversos padecimientos de orden psicosocial, se recurra cada vez con mayor frecuencia al estudio de las regiones frontales y su actividad, ya que éstas parecen tener un papel destacado en el origen del comportamiento social y en nuestra capacidad para anticipar las consecuencias de nuestros actos. Para el autor, la evolución del cerebro se caracteriza por la transición lenta y laboriosa desde un cerebro que simplemente reacciona, hasta un cerebro capaz de desarrollar una acción deliberada y sostenida.

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2004-07-02   |   922 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 26 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2003 Pags. 84-85 Salud Ment 2003; 26(6)