Autor: Grego Samra Elías
Durante los últimos treinta años ha trabajado dentro de nuestra Asociación Dental Mexicana, Federación Nacional de Colegios de Cirujanos Dentistas A.C. un personaje con quien todos los odontólogos han tratado de una u otra forma, en términos de relatividad han sido 15 presidentes, cada uno de ellos haciendo encomiendas, algunas veces reclamando y otras agradeciendo pero siempre de buena manera y con una actitud de servicio ha estado presente la Sra. Enriqueta Herrera. Hoy la Sra. Herrera se retira de nuestra organización para jubilarse, aunque se le han hecho muchos reconocimientos que ella humildemente ha aceptado, quisiera que este evento fuera como se dice coloquialmente “A bombo y platillo” ya que ningún procesador electrónico tiene la capacidad y sobre todo el calor humano que doña Queta ha manifestado desde hace tantos años. Quienes trabajamos con ella la vamos a extrañar ya que compartimos muchas veces jornadas que podían durar hasta la una de la mañana, y Queta siempre dispuesta a ayudar. Valgan estas líneas como un reconocimiento a su trayectoria y buen trabajo que desempeñó en nuestra ADM Federación. Sin lugar a dudas la vamos a extrañar mucho, todos aquellos que tuvimos el privilegio de servir a los socios de ADM hombro con hombro, le deseamos de todo corazón a Doña Queta que disfrute mucho a su familia y trate de no extrañarnos mucho. Creo que aquí cabe una reflexión para compartir con nuestros lectores y es en coincidencia con la jubilación de doña Queta, ¿Cómo son las relaciones humanas entre el odontólogo y su personal? Creemos que son buenas pero ¿acaso pedimos las cosas por favor?, ¿damos las gracias?, ¿sonreímos?, ¿tenemos reuniones regularmente?, ¿hacemos equipo con nuestro personal?, ¿todavía trabajamos solos para “ahorrarnos” algún dinero haciéndonos poco productivos? Y la mejor de todas ¿en verdad disfrutamos lo que hacemos, como lo hacemos? o ¿ya nos acostumbramos a ser así y ya? Son muchas preguntas que tienen igual número de respuestas por cada uno de los profesionales, no hay duda que a todo nos acostumbramos con el riesgo de caer en la monotonía y dejadez, el campo profesional se mantiene en perpe-tuo movimiento y requiere de tomar acciones para convertir también el trabajo en un disfrute donde todo funcione en armonía y con un grado de satisfacción, eso y sólo eso permitirá alcanzar la felicidad, si no toda al menos una buena parte de ella. Dr. Elías Grego Samra Editor
2004-07-16 | 821 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 61 Núm.3. Mayo-Junio 2004 Pags. 84 Rev ADM 2004; LXI(3)