Autor: Pérez-Rincón García Héctor
El recientemente fallecido más que centenario Henri Baruk, director que fue de la célebre Maison de Charenton, decía que en el siglo XX había habido en el mundo occidental, además del cristianismo, dos grandes religiones: el comunismo y el psicoanálisis. Lo que parecía una boutade era en realidad una aguda observación sobre la estructura y el comportamiento de ambas instituciones. En efecto, en ellas existieron rígidas burocracias que promovían y supervisaban la hagiografía de sus fundadores, velaban por la conservación de la pureza del dogma y vigilaban cuidadosamente que los catecúmenos no se desviaran, en sus escritos, de la doctrina recta. Pero fueron, a pesar de todo, religiones efímeras. Si la primera se derrumbó por las contradicciones internas que el Glasnot y la Perestroika pusieron de relieve, la segunda sufre, desde hace medio siglo y cada vez de manera más intensa, los embates tanto de las Neurosciences y de la Biological Psychiatry (que la han desplazado no solo como instrumento terapéutico sino también como sistema de explicación de la Naturaleza Humana) como los de la Historia de la ciencia. El propio Baruk participó en el proceso de análisis del héroe y su doctrina. En una época en la que muchos consideraban al freudismo como una expresión de la “ciencia judía”, el psiquiatra francés, que siempre defendió los valores de la civilización hebraica para la construcción de una ciencia del hombre, lo consideró más bien como una supervivencia del paganismo grecolatino. Su tendencia a buscar “culpables” era incompatible, decía, con las nociones del “tsédek” (fusión íntima del amor y de la justicia, de la bondad y el rigor, para crear un mundo justo) y de la “chitamnie” (neologismo que él introdujo a partir de las palabras hebreas chitah: método, y aemounah: confianza, fe) que debían presidir toda relación terapéutica (Freud et le monothéisme hébreu, 1972; La psychanalyse devant la médecine et l’idolatrie, 1978).
Palabras clave: Histeria cocaína
2004-07-20 | 1,783 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 27 Núm.1. Enero-Febrero 2004 Pags. 85-87 Salud Ment 2004; 27(1)