Bertha Ferrer:

la imagen de la mujer plasmada en una gama de colores 

Autores: Alvarado Sánchez Leyda, Baños Tejero Rosa L

Fragmento

Sentimientos, fantasías y deseos sin fin envueltos en una magia de colores, matizados en tonalidades fuertes y sólidas, cobran vida en la obra artística de Bertha Ferrer, en la que predominan la imagen de la mujer (a quien ella admira y defiende), la naturaleza tabasqueña y nuestra cultura prehispánica, combinando diversas técnicas: óleo, acrílico y acuarela plasmada sobre papel, tela o madera. Bertha Elena Ferrer y Rodríguez de Priego nació el 11 de abril de 1937, en la Ciudad de México. Desde los dos años de edad radica en nuestra entidad, por lo que ella se considera auténticamente tabasqueña. Desde niña siente inclinación por el arte e inicia dibujando una gran variedad de figuras, utilizando la imaginación. Al formar su hogar, se decide a pintar empíricamente, ya que ésto le permite expresar libremente su gran sensibilidad. Impulsada por el deseo de ser pintora, estudia Artes Plásticas en el Taller Gráfico de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Posteriormente, ingresa en la Escuela de Bellas Artes de Villahermosa y en el Grupo Cuña en el taller Tlamashkalli (cuyo significado es "casa del trabajador del arte") comenzó dibujando lienzo con bastante libertad. En esa época conoce a pintores de otros estados y con el tiempo logra formar un pequeño Centro Cultural Independiente, en el cual se organizaban conferencias, se hacían exposiciones y se daba difusión a la cultura y al arte. Desde ese momento su trabajo se vuelve más intenso, logrando identificársele como una de las principales precursoras artísticas en el Estado de Tabasco.

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2004-07-26   |   2,723 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.1. Enero-Diciembre 1996 Pags. 175-176 Salud Tab 1996; 2(1)