Autor: Kumate Rodríguez Jesús
Los efectos de las deficiencias o carencias de nutrientes mayores observados en las hambrunas, durante las guerras y los viajes marítimos prolongados fueron registrados desde la más remota antigüedad histórica. El interés médico no fue más allá de la descripción clínica y el concepto de carencias especificas aparece hasta finales del siglo XVIII con el escorbuto, la observación empírica de James Lind en la marina inglesa lo asocia con la falta de legumbres/frutas frescas y lo previene con jugos de cítricos. En el siglo XIX los estudios experimentales en animales demuestran que las dietas a base de azúcares y grasas no pueden mantener la vida, las proteínas son esenciales. Enfermedades como la pelagra, el raquitismo, el beri beri y la nictalopia conocidas desde siglos o milenios anteriores continúan sin explicación de sus mecanismos causales y sus tratamientos son empíricos e ineficaces.
2004-07-28 | 575 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 53 Núm.6. Junio 1996 Pags. 257-258 Bol Med Hosp Infant Mex 1996; 53(6)