Autores: Tenorio Guajardo Guadalupe, Martínez Castro Francisco
En estos días la tuberculosis está adquiriendo importancia, debido a su mayor incidencia y a la resistencia terapéutica que presenta, además de ser una manifestación frecuente en el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Con el propósito de reconocer la uveítis tuberculosa en nuestro medio, presentamos el caso clínico de una mujer de 66 años de edad, con Combe positivo y uveítis crónica desde 1962, que la llevó a cirugía de cataratas y frecuentes reactivaciones de uveítis crónica bilateral; presentando en ambos ojos múltiples formaciones granulomatosas y periflebitis retiniana. Los hallazgos de laboratorio de importancia, fueron: reacción dérmica a la tuberculina positiva y baciloscopias en orina y en esputo negativas. Después de sufrir la paciente un cuadro bronconeumónico, se hizo cultivo de Lowenstein en diferentes muestras, resultando positivo en sangre. Con el diagnóstico de tuberculosis hematógena y uveítis secundaria, se administró rifampicina, isoniacida y pirazinamida; evolucionando satisfactoriamente. El diagnóstico de tuberculosis ocular se dificulta, frecuentemente los cultivos de otras áreas son negativos y en el ojo, la toma de muestras de tejido o líquidos intraoculares no son suficientes. La tuberculosis ocular por lo general es secundaria y el daño que produce, puede acabar con la visión del paciente.
Palabras clave: Tuberculosis uveítis y tuberculosis uveítis granulomatosa.
2004-07-30 | 1,398 visitas | 1 valoraciones
Vol. 60 Núm.1. Enero-Marzo 1997 Pags. 37-40 Rev Med Hosp Gen Mex 1997; 60(1)