Algunos aspectos de los problemas éticos generados por el Programa Internacional del Genoma Humano

Autor: Pérez Tamayo Ruy

Fragmento

Hay que señalar que al iniciarse formalmente los trabajos del Programa Internacional del Genoma Humano (PIGH) en 1988, su primer director, quien fue el Dr. James Watson, señaló que el tres por ciento del presupuesto otorgado por los Institutos Nacionales de la Salud (y habría que recordar que este presupuesto fue de 200 millones de dólares anuales) se usaría para apoyar la investigación y la discusión de las implicaciones éticas, legales y sociales que resultaran del nuevo conocimiento del genoma (cifra que equivale a seis millones de dólares). Estos seis millones de dólares eran entonces, en 1988, la cantidad mayor que se había usado en los Estados Unidos para un examen de problemas éticos que pudieran surgir de investigación biomédica en general. En relación con este programa, James Watson se refirió a su actividad en 1987, de la manera siguiente: “Desde el principio, nuestro programa sobre implicaciones éticas, legales y sociales del nuevo conocimiento genético debería reflejar en forma primaria las necesidades reales de los individuos con alto riesgo de sufrir las consecuencias frecuentemente trágicas de las anomalías genéticas. Lo que resultaría muy negativo a largo plazo es si ese tipo de decisiones fueran a ser dominadas por los científicos que generaron el conocimiento genético o por las agencias gubernamentales que financiaron las investigaciones. Y como todavía por mucho tiempo las mujeres seguirán siendo las que lleven la parte principal del cuidado de los individuos genéticamente alterados, deberían ser ellas las que tomaran la iniciativa en las discusiones sobre la manera como el conocimiento genético va a formar parte de nuestras vidas”

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2004-08-09   |   988 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 18 Núm.1. Enero-Marzo 2004 Pags. 4-9 Perinatol Reprod Hum 2004; 18(1)