Fragmento

Es indudable que desde que el hombre adquirió conciencia de su existencia, se ha interesado y preocupado por conocer y propiciar el proceso de reproducción que le ha permitido subsistir como especie. Conforme ha ido desentrañando los "misterios" y maravillas que entraña la reproducción, ha ido adquiriendo, al través de las centurias, capacidad y técnica para lograr el nacimiento de seres con mayor potencialidad de desarrollar su genoma y conservar o aún mejorar la salud. Por supuesto que la conducta reproductiva se ha modelado en función de conocimientos científicos, capacidad tecnológica, tabúes religiosos, normas sociales y recursos disponibles, con avances y retrocesos que oscilan desde el sacrificio de los malformados en la época de Esparta hasta la "reproducción asistida" que hoy por hoy, parece dominar el campo. Para el autor resultó un reto fascinante el indagar cómo enfocaron y realizaron la reproducción humana nuestros antepasados, en sus componentes: educación, conducta social, asistencia técnica y manejo del embarazo, del parto y del recién nacido, dentro de su muy especial concepción cósmica, estructura social y respeto al ser humano. Debo confesar que al evocar el pasado, algunas interpretaciones deben haber sufrido la influencia de mi particular formación profesional y de mi personal concepción del hombre dentro de su entorno cósmico. Las fuentes de información a las que recurrí fueron, desde luego, los extraordinarios trabajos de los doctos que recibieron directamente de los aborígenes la información contenida en la memoria social de los ancianos y en los códices mexicanos, como Fray Bernardino de Sahagún (Códice Florentino e Historia General de las Cosas de la Nueva España, puesta a nuestro alcance por el fraile Angel María Garibay K.) y Fray Toribio de Benavente de Motolinía, así como las versiones de los Códices Mexicanos que el Fondo de Cultura Económica y el Siglo XX han puesto a disponibilidad de los interesados (Borgia, Borbónico, Aubin Nuttal, Mendoza, Ramírez y Vaticano). De gran ayuda resultaron los trabajos del propio Angel María Garibay y de su alumno, don Miguel León Portilla, quienes han rescatado las culturas náhuatl y tolteca.

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2004-08-11   |   1,021 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 63 Núm.5. Septiembre-Octubre 1996 Pags. 245-249 Rev Mex Pediatr 1996; 63(5)