Fragmento

El tratamiento ortodóntico está cimentado en el principio de que si se aplica una presión prolongada sobre un diente se producirá una movilización del mismo al remodelarse el hueso que lo rodea. La fuerza aplicada sobre los dientes trae como consecuencia alteraciones en el flujo sanguíneo, inflamación y liberación de sustancias químicas, las cuales aumentan la sensibilidad de los receptores del dolor.^1-3 Los analgésicos se clasifican en opioides o narcóticos y analgésicos no narcóticos. Los opioides se emplean para aliviar el dolor intenso o como sedantes, pero crean dependencia física y psíquica. Los analgésicos no narcóticos eliminan el dolor al inhibir la respuesta inflamatoria aguda o crónica y se clasifican en antiinflamatorios esteroideos y antiinflamatorios no esteroideos; los primeros funcionan a base de hormonas glucocorticoides y tienen una acción antiinflamatoria efectiva por su contenido esteroideo, pero su administración y eliminación deben ser graduales para evitar desórdenes hormonales y metabólicos.^4,5 Dentro de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) existen fármacos como los salicilatos, que ejercen su efecto terapéutico mediante la inhibición de la producción de prostaglandinas. Si la concentración sanguínea de AINE es alta o el uso de estos medicamentos es prolongado, puede disminuir la respuesta celular en la zona donde se está llevando a cabo el movimiento dental.^4-6 Es importante considerar tal aspecto, ya que actualmente muchos adultos solicitan el tratamiento de ortodoncia y en dicha población es probable encontrar pacientes que estén tomando esta clase de medicamentos como parte de una terapéutica para atender otro tipo de alteraciones (artritis, problemas circulatorios, cardiopatías).^1,2,4,5,6 Por esa razón, el presente trabajo pretende brindar una opción analgésica que ayude al paciente a mitigar su dolor y que no interfiera con el movimiento ortodóntico.

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2004-08-25   |   982 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.1. Agosto 2004 Pags. 9-14 Dol Clin Ter 2004; III(1)