Autor: Santiago Méndez Angeles
En mayo de este año los hermanos Sebastián y Vicente Gutiérrez Moreno fueron secuestrados. Tras ocho días de cautiverio y pese a que su familia pagó el rescate, sus cadáveres aparecieron en un basurero. Tenían el tiro de gracia. Éste es sólo uno entre cientos de casos de secuestro en México, ya que diariamente una persona es privada de su libertad por par te de delincuentes cada vez más organizados, crueles y voraces. El secuestro en México se ha convertido en uno de los ilícitos más rentables en la última década, pues se calcula que anualmente esta industria maneja hasta 900 millones de dólares. No es raro que nuestro país ocupe a nivel mundial el nada honroso segundo lugar en la comisión de este delito, antecedido sólo por Colombia. Casi se puede decir que vivimos una epidemia de secuestros de todo tipo, desde los que se efectúan a plena luz bajo la amenaza de hampones que han estudiado concienzudamente los movimientos de su víctima, hasta los secuestros virtuales o los ya famosos secuestros express, aunque estos últimos estén considerados en la legislación como robo o asalto.
2004-08-25 | 1,114 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 3 Núm.2. Septiembre 2004 Pags. 15-18 Dol Clin Ter 2004; III(2)