Fragmento

Uno de los grande retos de la medicina ha sido prolongar la vida. Sin embargo, este logro no tiene sentido alguno cuando se obtiene a cambio de un alto costo de sufrimiento físico y moral del paciente. La imagen del enfermo hospitalizado por tiempo prolongado, alimentándose con comida de hospital, al que se le punciona constantemente las venas para aplicarle medicamentos o tomarle muestras de sangre, es más una imagen dantesca, que el bienestar que el médico busca cuando prolonga la vida de pacientes con enfermedades crónico-degenerativas como el cáncer. En las últimas décadas, se dio un cambio de estrategia, se busca no sólo prolongar la existencia del enfermo, sino brindarle una buena calidad de vida. Este concepto de calidad de vida aleja de una manera casi natural al enfermo de los hospitales, de los internamientos prolongados y de las venopunciones repetidas.

Palabras clave:

2004-08-30   |   770 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 42 Núm.2. Abril-Junio 1996 Pags. 71-72 Rev Inst Nal Cancerol Méx 1996; 42(2)