Eliminando al fantasma de la máquina

Del alma al software – 1 

Autor: De Brigard Felipe

Fragmento

De acuerdo con la tradición, la psicología se separó de la filosofía en 1879 y se convirtió en una ciencia particular. A pesar de que cinco años antes Franz Brentano hubiera definido a la psicología como la ‘ciencia del alma’, sólo hasta ese momento la mente humana se transformaría en el objeto, ya no de la especulación filosófica, sino del riguroso quehacer empírico del hombre de ciencia. El alma humana perdería, entonces, el estatuto metafísico misterioso que la caracterizaba, ubicándose al nivel de lo que podrían ser los astros para la astronomía o las plantas para la botánica. No obstante, a diferencia de estas y de algunas otras ciencias, la psicología tuvo y ha tenido que enfrentar un problema que aparece a la hora de delimitar su objeto de estudio. Si bien todos sabemos más o menos qué cosas son los astros y qué cosas son las plantas, es difícil atinar a una respuesta semejante cuando de lo que se trata es de dar cuenta de lo que es la mente humana. Por ello, ateniéndonos a la definición de Brentano, la psicología no parecería ser más que una ciencia de aquello que no sabemos bien qué es. Esto, por supuesto, le ha traído innumerables problemas tanto teóricos como metodológicos y, mal que bien, la filosofía ha estado al lado de la psicología cuestionando desde sus más básicos principios hasta sus más desarrolladas conclusiones. Tan es así, que una de las más importantes ramas de la llamada filosofía analítica se ha dedicado a estudiar la naturaleza de esta extraña ‘entidad’; esta vertiente se conoce como filosofía de la mente y podría decirse que su objetivo es desentrañar los misterios que oscurecen la naturaleza de ‘lo mental’ y llegar así a descubrir en qué consiste realmente aquello que, se supone, estudia la psicología. De ahí que pueda afirmarse que la filosofía de la mente busca dar respuesta a las siguientes dos preguntas: 1) ¿qué es la mente? y 2) ¿qué son los procesos o actividades que llamamos ‘mentales’?

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2004-09-01   |   1,493 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 32 Núm.2. Abril-Junio 2003 Pags. 175-192 Rev Col Psiqui 2003; XXXII(2)