Las jerarquías en el ámbito médico

Autor: Dorina López Larissa

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Directores, jefes de departamento, jefes de división, médicos adscritos, médicos interinos, médicos residentes, médicos de pregrado, etc., siempre existen divisiones jerárquicas en toda empresa o ambiente laboral, las preguntas son: ¿Con qué objeto? ¿Tienen algún beneficio? La finalidad de las jerarquías supone el marcar diferencias de funciones, obligaciones y derechos en cada uno de los niveles implicados, cuyo beneficio pretende ser el mejorar la calidad en la atención, dada la “especialización” en las funciones individuales. Sin embargo, es de vital importancia preguntarse si esas divisiones cumplen con el fin primario o dan lugar a manejos de poder que no sólo dividen la comunicación y convivencia amena entre los implicados, sino llegan a generar sentimientos negativos basados en la no comprensión de las tareas y papel que se juega en el trabajo. Por lo anterior es conveniente reflexionar sobre las bases requeridas para el adecuado funcionamiento de un ámbito jerárquico, que son los valores gestados desde el núcleo familiar de cada individuo y el respeto que se moldea de acuerdo a las experiencias propias y en el caso de nosotros los médicos, del conocimiento de los principios éticos aplicables no sólo para el desempeño laboral. Estos principios y valores se han devaluado por su aparente invalidez en el competitivo mundo actual, no obstante debemos ser nosotros, los que los promovemos, los primeros en aplicarlos, desde el hecho de respetar el trabajo que cada uno desempeña, como tener la humildad de pedir a alguien de “menor jerarquía” nos permita realizar alguna intromisión en sus labores y no imponerla por el poder conferido, e incluso el aceptar que dentro de nuestra humanidad nos equivocamos, ya que podemos tener un vasto conocimiento, pero jamás la totalidad del mismo. La alta jerarquía no está divorciada con las buenas costumbres, educación y cordialidad.

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2004-09-08   |   10,948 visitas   |   4 valoraciones

Vol. 13 Núm.2. Mayo-Agosto 2004 Pags. 73 Rev Cent Dermatol Pascua 2004; 13(2)