La mente es responsable en gran parte de los éxitos que logremos en la vida, tiene un programa interno en el que existen patrones positivos para que pueda lograrse lo que se desea. El aceptar esto implica un cambio y, por lo tanto, es un desafío; sobre todo al principio, ya que sabemos que nuestro comportamiento actual es el resultado de las experiencias previas. Se debe pensar siempre positivamente, tener disciplina mental para crear patrones de felicidad. El mundo es un reflejo de nosotros mismos, somos lo que creemos ser. Así, una saludable autoestima nos permite conocer lo que es el amor, saber algo de nuestros deseos y de los demás sin olvidar aceptar nuestras limitaciones al tiempo que luchamos por esforzarnos para ser mejores; así es, como atraemos lo que esperamos. El trato que nos damos refleja el aprecio que tenemos por nosotros y por los demás, hay que tener pensamientos positivos para ser felices. No hay que justificarse, pero siempre hay que dar las gracias y entablar relación con quienes nos tratan como creemos merecerlo, con respeto y valor ya que todos poseemos estas cualidades. Tenemos que ser parte de nuestro ambiente y de nuestra sociedad. Lo que se piensa es lo que se recibe; por eso hay que vivir el ahora, con base en el pasado y con miras al futuro para estar en armonía e involucrarse en el presente para disfrutar intensamente lo que se hace. La felicidad es una decisión. Vive como mejor sabes hacerlo. La risa es un buen medicamento, libera sustancias mágicas y relaja al ser humano, por eso hay que desarrollar el sentido del humor constructivo. El poder creativo de la mente se rige por las leyes del pensamiento con la magia de creer en sentido positivo. Se obtiene lo que se siembra. Si hablamos bien de los demás, los demás hablarán bien de nosotros. Si no tienes algo bueno que decir de alguien, mejor no digas nada. Si amamos seremos amados. Alcanzar cualquier meta es un riesgo, pero hay que subir al árbol y alcanzar las ramas para cosechar sus frutos. Se requiere de genio y magia aun cuando se requiere de tomar las cosas en serio para obtener resultados. Para lograr todo lo que se quiere hay que hacer todo lo que se necesita. No hay nada gratuito, la negligencia echa todo a perder, pero el premio a lo bien hecho es haberlo hecho bien. La perseverancia es un secreto para triunfar. El que persevera alcanza y nos enseña que los resultados cuentan para mantenernos activos y así lograr la felicidad, teniendo la mente en el presente, pero abierto hacia el futuro. Rafael Gutiérrez Carreño
2004-09-22 | 679 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 23 Núm.1. Enero-Marzo 1995 Pags. 4 Rev Mex Angiol 1995; 23(1)