A propósito del obsolutismo y de la libertad.

Autor: Terrés Speziale Arturo Manlio

Fragmento

A propósito del absolutismo, con gran pena debo confesar que en carne propia he sufrido los nefastos efectos de los dictadores, por lo que no comprendo la paciencia de quienes los soportan. Reconozco que en toda empresa humana debe haber un jefe supremo. Sin embargo, insisto en que existen diferencias entre el liderazgo participativo y el deseo de domesticar a los demás. Una tendencia inconfundible del dictador consiste en la convicción de que resulta necesario y es altamente conveniente imponer un código de conducta, que incluya desde la forma de vestir hasta la de peinar y comer, para regir, de la misma manera, a gente de principios y costumbres por completo diferentes. Se reconoce fácilmente al autócrata porque el mayor agravio que se le puede hacer es mostrar respeto por la libertad, por lo legítimo y por el criterio sincero de los demás, ya que la única especie que el dictador no alcanza a comprender es precisamente la de aquellos que expresan su opinión con sinceridad, cualesquiera puedan ser las consecuencias, sobre todo cuando a todas luces pueden resultarles desfavorables. Para el oligarca, tales individuos o son bobos o son traficantes que pretenden cobrar muy caro sus servicios.

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2002-12-18   |   1,698 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 49 Núm.3. Julio-Septiembre 2002 Pags. 123-124 Rev Mex Patol Clin 2002; 49(3)