Autor: Eblen Zajjur Antonio
La nocicepción es el producto de un complejo sistema de factores que interaccionan en forma no lineal y con cursos temporales disímiles. Desde hace algún tiempo se vienen estudiando los elementos que directa o indirectamente participan en el proceso, entre los cuales están los neurotransmisores, neuromoduladores, circuitos neuronales, plasticidad sináptica, características del estímulo nocivo, estado previo del sistema nervioso, cognición y los factores clásicamente descritos como pertenecientes al sistema inmune.1,2,3 El componente inmune de la nocicepción es uno de los que despiertan más interés interdisciplinario dado el gran desarrollo teórico y experimental del conocimiento de la fisiopatología inmunológica y su directa aplicación en la comprensión tanto de la nocicepción como del proceso inflamatorio. 2,4,5,6 Al presentarse un desequilibrio tisular de cualquier tipo se produce la muerte de una población celular cuyo número dependerá de la intensidad y tiempo de instalación de la agresión. Como respuesta al cambio de su microambiente, las células lesionadas y las células indemnes perilesionales generan una primera oleada de glicoproteínas solubles de bajo peso molecular que reciben el nombre de citocinas (entre ellas han sido descritas las interleucinas ILb-1, IL-2, IL-8 y TNFa,5,6,7,8 las cuales conforman reactantes de fase aguda con acción sinérgica y de potenciación mutua),seguidas de una segunda oleada constituida fundamentalmente por IL-6.9 Acompañando a las citocinas aparecen los llamados factores tróficos y quimiotácticos,6,10 como el factor de crecimiento neural (NGF), el factor neural derivado del cerebro (BDNF), el factor de crecimiento de fibroblastos (FGF) y las neurotrofinas (NT3 y NT4).
2004-10-06 | 1,572 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 3 Núm.5. Enero 2005 Pags. 17-20 Dol Clin Ter 2005; III(5)