Autor: Grego Samra Elías
Pienso, luego existo. Palabras y pensamientos del celebre Descartes que hacen reflexionar sobre la necesidad de pertenencia hacia la vida y aunque deja una brecha intangible sobre la trascendencia del más allá en la vida misma, ésta, que sin dejar lugar a duda esta en los actos de vida. El refrán popular “siembra un árbol, ten un hijo y escribe un libro”, es, esencia fundamental para trascender en el tiempo, para el mañana que futuro incierto es, y aunque distante es presente como reza el refrán vive como si fuera hoy el último día de tu vida, mañana puede que no sea más para ti. Confucio nos legó el que no porque ya no existan los ríos dejaran de correr. ¿Cuál es el motivo de nuestra existencia? Es una pregunta simple que nos venimos haciendo desde que la humanidad adquirió conciencia y conocemos mudos testimonios ya en forma de pirámide ya en objetos o textos que fueron misteriosamente construidos o elaborados para permanecer y su motivo, causa o explicación nos parece obscuro. Cuan diferente sería el globo terráqueo y los que vivimos y morimos si los pensamientos e ideas que a veces de manera simple se pusieren en práctica, si cada uno plantará un árbol al año, sería un hermoso bosque, sí sólo tuvieramos un hijo(a) no estaríamos padeciendo la sobrepoblación que nos amenza con graves consecuencias, y si escribiéramos un libro, ¡que mundo sería!. Siempre hemos sido fieles del pensamiento aquel de que lo que se puede pensar se puede hacer y aún no nos explicamos el ¿por qué? Porque el que no oye consejo no llega a viejo, hasta cuando encontraremos el momento para, y no reflexionar, sino para actuar, poner manos a la obra. La vida contemporánea trata de explicar, unos con aparatos e instrumentos, otros con teología el origen del mundo y buscan de una u otra manera el ver ¿qué va a pasar? Hace tiempo me hice una reflexion sobre como los mayas y los árabes pudieron establecer el número cero que es la completa abstracción, la nada, la ausencia de todo, luz u obscuridad no existen en el cero, y esta situación hasta las computadoras más poderosas tienen la incapacidad de procesar, lo mismo pasa, aunque de diferente manera con el signo de infinito que equivale a la palabra siempre. Aunque el buen científico Einstein nos llevó a retomar la relatividad y se dio el grado de teoría de la misma, nos hace reflexionar en el tiempo que conocemos como pasado, y las repercusiones de actos y eventos cometidos que de no ser por ellos no estaríamos ahora aquí y lo que haremos ahora y aquí es sin disputa ni concurso el origen del futuro, distante pero presente. Una vez al año he propuesto y lo vuelvo a hacer ahora, el futuro de la odontología está en la prevención, sabemos que como tal y de forma exclusiva es tarea casi imposible, tenemos que encontrar la fórmula de curar y prevenir al mismo tiempo, algunos en eso estamos, y me pregunto ¿habrá alguien que este haciendo lo mismo?. Elias Grego Samra Editor
2004-10-06 | 710 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 53 Núm.2. Marzo-Abril 1996 Pags. 63 Rev ADM 1996; LIII(2)