Algo triste para contar

Autor: Esquivel Molina Carlos Gerardo

Fragmento

LA ANALOGÍA Mirar el cielo amplio y despejado desde lo alto de una montaña, sentir el aire y el sol en tu cara, ver la inmensidad de las cosas, tan diminutas y manejables, da la sensación agradable de tener el dominio total de la naturaleza y sentirse dueño de un todo del cual formamos parte. Es ésta una experiencia análoga a la del novato egresado de una capacitación de alguna especialidad médica, quien ve en su futuro el advenimiento de mejoría económica, prestigio ante la sociedad a donde pertenece y, en conclusión, tener estatus ante la élite profesional, ante la sociedad misma, obteniendo así un dominio amplio de su profesión. No obstante, no considera, dentro de su diccionario personal, la palabra vulnerabilidad. LA PARADOJA Inicia el camino que se ha trazado el galeno. Algunas veces el sendero es duro y escabroso, el ir y venir es constante en el estira y afloja de la díada médico-paciente, pero finalmente el éxito llegará con nombres y características diferentes (dinero, satisfacción personal, agradecimientos, felicitaciones, bienestar familiar, etc.). El tiempo pasa, su tiempo pasa, el médico se llena de experiencia y los éxitos, algunas veces llenos de virtudes, llegarán a convertirse en excesos y éstos, en conjunto con el deterioro natural de su organismo, necesariamente convergirán en la morbosidad y pronto se encontrará en el lado contrario al cual ha sido adiestrado para servir, es decir, pasa de ser prestador de servicio a cliente.

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2004-10-08   |   1,358 visitas   |   2 valoraciones

Vol. 20 Núm.5. Septiembre-Octubre 2004 Pags. 383-384 Med Int Mex 2004; 20(5)