La literatura médica francesa ayer y hoy

Autor: Bouvrain Yves

Fragmento

En el siglo xvi, cuando la medicina se encontraba estancada en las profundidades del oscurantismo y la terapéutica era totalmente nula, había practicantes que trabajaban modestamente, sin contar con un título bien definido, pero con una eficacia real en muchas circunstancias. Provenientes de la profesión de barbero, eran los llamados «cirujanos-barberos» quienes curaban las heridas, las suturaban, inmovilizaban las fracturas, reducían las luxaciones. Arreglando barbas, cortándoles el cabello a sus clientes fue como comenzó quien se convertiría en una de las más ilustres personalidades de la historia de la medicina: Ambroise Paré. Enrolado a los 19 años en el ejército del Mariscal de Rohan, luego en Vendôme, presente en los campos de batalla, efectúa innumerables operaciones, adquiere una habilidad extraordinaria para la época y realiza descubrimientos que permitirán el progreso de la cirugía mayor. Ya célebre, decide dar a conocer, difundir sus técnicas: escribe un libro. Pero había una dificultad. La Facultad menospreciaba el trabajo manual de los cirujanos-barberos; siempre les había cerrado sus puertas. De origen modesto, Ambroise no había aprendido el latin, lengua universal de todas las ciencias en aquella época. Se resignó, por consiguiente, a expresarse en francés. Es así que en 1545 se publicó el primer tratado de medicina redactado en nuestra lengua: La méthode de traiter les plaies faites par les arquebuses et autres bâtons à feu (Método para tratar las heridas causadas por los arcabuces y otras varas de fuego). La iniciativa de Paré apenas tuvo seguidores; cito al azar: L'Anatomie de Dionis en 1690, Vieussens en 1715, Le Grand traité de cardiologie de Senac en 1776...

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2004-10-08   |   441 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 5 Núm.2. Mayo-Agosto 1997 Pags. 63-66 Acimed 1997; 5(2)