Autores: Silva Ayçaguer Luis Carlos, Benavides Rodríguez Alina, Vidal Rodeiro Carmen Lucía
El empleo de mapas para representar algunas realidades y acontecimientos relevantes en materia de salud, proporciona probablemente una imagen más expresiva de su distribución espacial que la simple observación de datos en tablas. Mediante los mapas se puede conocer el patrón de distribución geográfica de estos sucesos, y sugerir posibles explicaciones sobre las distribuciones identificadas. Consecuentemente, la construcción y suavizado de mapas han sido objeto de recientes desarrollos metodológicos. El enfoque tradicional ha consistido en representar en los mapas las razones estandarizadas de mortalidad (REM); sin embargo, cuando el número de casos en espacios geográficos reducidos es bajo, las tasas brutas de mortalidad son muy lábiles, y su representación a través de un mapa exhibe una variación amplia y poco informativa de los patrones existentes. Los métodos bayesianos ofrecen la posibilidad de “corregir” estos mapas, para que emerjan directamente patrones que no serían visibles cuando se emplean procedimientos estadísticos clásicos. Para ilustrar y explicar más detalladamente ambos métodos se utilizaron los datos de mortalidad por accidentes en Cuba, del año 1998. Para este análisis se dividió a la población en 7 grupos de edad: 0 a 14, 15 a 24, 25 a 34, 35 a 44, 45 a 54, 55 a 64, y 65 o más años; en calidad de áreas geográficas se consideraron los 169 municipios del país. Se muestran dos mapas: uno confeccionado según los métodos tradicionales, y otro según los métodos bayesianos. En este último se observa claramente el efecto de la suavización; el patrón espacial de la mortalidad, antes difuso, permite apreciar que la mortalidad por accidentes es especialmente acusada en los municipios más desarrollados.
Palabras clave: Distribución espacial estadísticas y datos numéricos salud mapas ubicaciones geográficas mortalidad.
2004-10-12 | 1,010 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 29 Núm.4. Octubre-Diciembre 2003 Pags. 314-322 Rev Cubana Salud Pública 2003; 29(4)