El lactante con Sibilancias

Autor: Naspitz Charles

Completo

Durante los dos primeros años de vida existen numerosas causas de sibilancias: asma, infecciones virales, aspiración de cuerpo extraño, síndromes aspiratorios, incoordinación cricofaríngea, reflujo gastroesofágico, fístulas, fibrosis quística del páncreas, displasia broncopulmonar, disquinesia ciliar, anomalías vasculares, cardiopatías, masas mediastinales, inmunodeficiencias (especialmente deficiencia selectiva de IgA) anomalías laringo-traqueo-bronquíticas, aspergilosis broncopulmonar alérgica, tuberculosis pulmonar, síndrome de Löeffler y alergia alimentaria, entre otros. En este periodo etario existen mayor resistencia al flujo aéreo, estrechez de las vías aéreas. Durante el asma, el calibre se encuentra más reducido con la presencia de edema, hipersecreción y broncoespasmo. Además de esta característica existe una menor rigidez de los cartílagos y puede causar el colapso de las vías aéreas durante la espiración. Puede haber atelectasias por la disminución de los poros de Kohn y de los canales de Lambert. Las retracciones torácicas de gran intensidad son observadas en lactantes debido a la horizontalización del diafragma y alta complacencia de la caja costal. Este cuadro anatómico explica el silbido audible y mayor dramatismo de los problemas respiratorios en lactantes. Definimos como lactante con sibilancias a los niños menores de dos años de edad y que han presentado por lo menos dos episodios de sibilancias en los últimos dos meses o un episodio con más de 30 días de duración. El asma puede ser una de las causas de estos silbidos; 60% de los asmáticos iniciarán su asma durante el primer año de vida. Es particularmente importante la presencia de antecedentes familiares positivos para enfermedades atópicas. Los virus respiratorios, especialmente sincicial respiratorio y adenovirus son la causa principalmente de silbilancias. Debe considerarse también la presencia de reflujo gastro-esofágico. Cuidados especiales deben ser establecidos para disminuir una exposición de los lactantes predispuestos hacia alergenos inhalantes, en particular a los ácaros de polvo, trabajos recientes muestran que cuanto más precoz y más intensa es la exposición a estos ácaros mayor son las posibilidades de desencadenamiento de hiperreactividad de las vías aéreas y asma. Para el manejo de estos pacientes queda terminantemente prohibido el tabaquismo domiciliario y se debe de prolongar la lactancia al seno materno el mayor tiempo posible, como medidas profilácticas. En el tratamiento farmacológico de estos pacientes con síntomas leves recomiendo una inhalación por nebulizador de beta-agonista asociada a bromuro de ipratropio. Para casos moderados se debe iniciar el tratamiento continuo con ketotifeno por vía oral o cromoglicato de sodio por vía inhalatoria. Después de un periodo de ocho o diez semanas de un control inadecuado se recomienda agregar teofilina de liberación prolongada. Para los casos graves, que no responden a los medicamentos anteriores se recomienda iniciar corticoides inhalados (con espaciador) y si se reporta una pobre respuesta se debe sustituir por corticoides orales de preferencias en días alternos y en menor dosis posible. Quiero resaltar que existe un lactante con sibilancias feliz, o sea, aquel que silba continuamente, pero que no presenta dificultad respiratoria o malestar, que duerme bien, que crece y gana peso de modo normal. Este lactante tendrá resolución espontánea de su cuadro respiratorio.

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2004-10-19   |   3,475 visitas   |   3 valoraciones

Vol. 4 Núm.4. Julio-Octubre 1995 Pags. 106 Alergia e Inmunol Pediatr 1995; 4(4)