Autor: Lifshitz Guinzberg Alberto
Introducción El culto de lo natural ha relegado a lo que no lo es a la condición de pernicioso o dañino o, al menos, subordinado. Llámese artificial, fabricado, químico o sintético, se presume que no tiene las ventajas de lo que produce la naturaleza. En términos de terapéutica, por ejemplo, se contrasta la que armoniza con las fuerzas naturales y la que las violenta. Algunas corrientes de la medicina natural ofrecen una terapéutica a base de remedios herbolarios, prácticamente sin procesamiento industrial, alimentación casi siempre vegetariana, el empleo de elementos del ambiente como el agua, la miel y el polen o los productos del mar; su forma farmacéutica preferida es la infusión, de tal manera que suele curar con “tés”, complementados con dietas, ayunos, enemas y baños. En la cosmética también se publicita, como una cualidad inobjetable, el que su origen sea natural y el que no tenga aditivos químicos ni elementos de artificio, porque así la belleza se integra al medio ambiente y no se generan efectos inconvenientes que producen los productos artificiales.
2004-11-12 | 1,318 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 139 Núm.3. Mayo-Junio 2003 Pags. 294-298. Gac Méd Méx 2003; 139(3)