Experiencia del Servicio de Urología del Hospital General Manuel Gea González de la Ciudad de México, SS, en el uso de la fracción libre del antígeno prostático en la detección de cáncer de próstata localizado

Autores: del Valle Galindo Luis, Solares Sánchez Mario Emmanuel, Maldonado Valadez Rafael E, Pérez Ortega Raúl, Pacheco Gabhler Carlos, Calderón Ferro Francisco

Resumen

El cáncer de próstata es la segunda causa de muerte y de morbilidad en los hombres mayores de 50 años, representa 41% de todos los nuevos casos de cáncer detectados en el hombre sólo superado por el cáncer pulmonar (94,900 defunciones). En los Estados Unidos se diagnosticaron 250,000 nuevos casos de cáncer de próstata en 1999, con 45,000 decesos; la posibilidad de morir por este padecimiento a lo largo de la vida es de uno en seis pacientes (15%). Por estos datos se considera a esta enfermedad como un problema de salud pública, con grandes esfuerzos para detectarla en fases tempranas, ya que la única posibilidad de curación real es la prostatectomía radical, tratamiento exclusivo para tumores confinados. La detección temprana se basa en el examen digital rectal (EDR), el ultrasonido transrectal y la determinación de antígeno prostático específico (APE), esta última prueba revolucionó el diagnóstico, manejo y monitorización del cáncer de próstata. A pesar de lo anterior, el APE dista mucho de ser un marcador perfecto, por lo que se ha buscado incrementar su sensibilidad y especificidad. Presentamos la experiencia del uso de la fracción libre del antígeno prostático en individuos con antígeno total entre 4.1 y 10 ng/mL (“zona gris”), para determinar quiénes son candidatos a biopsia de próstata. Material y métodos: Se incluyeron a todos los pacientes con determinación de antígeno total entre 4.1 y 1 ng/mL, a los que en una segunda determinación posterior a manejo antibacteriano por seis semanas se les determinó APE total nuevamente, esta vez con fracción libre (FL) si ésta era menor al 15%, al paciente se le realizaban biopsias. Noventa y cinco paciente cumplieron los criterios antes mencionados. Se excluyeron aquellos con antígeno prostático menor a 4 ng/mL, o cuando el APE se normalizó posteriormente, o bien si la fracción libre fue superior a 15%. Los manipulados recientemente de uretra, próstata y vejiga, aquellos con infección de vías urinarias o manejado hormonalmente, fueron excluidos también. Resultados: La edad promedio fue de 68 años (rango de 59 a 75), se realizaron 216 biopsia lográndose detectar tumor maligno en 56.7% de los individuos estudiados. A dos pacientes no se les efectuó biopsia por mejoría en sus cifras de antígeno total y/o de su fracción libre. En tres pacientes (3.3%) se detectó neoplasia intraepitelial (NIP), uno de alto grado y dos de bajo grado. El Gleason promedio fue de 3+3 suma de seis, el tumor fue unilateral en 38 pacientes (lóbulo izquierdo), bilateral en el resto (cinco pacientes). El promedio de APE total fue de 6.30 ng/mL, y el de la fracción libre de 13.28%. Conclusiones: Desde su aplicación clínica, el APE ha sido objeto de múltiples cambios en la búsqueda de incrementar su sensibilidad y especificidad, especialmente cuando se confirmó que su elevación no es exclusiva del tumor prostático. Padecimientos como la prostatitis, la hiperplasia prostática benigna e incluso la manipulación del tracto urogenital se comportan similarmente desde el punto de vista bioquímico. Así se utilizó la densidad del antígeno, la velocidad, e incluso la cifra de antígeno de acuerdo con la edad, con lo que se corroboraba tumor prostático sólo en 15% de casos. Con el uso de la fracción libre del antígeno se logra evitar considerablemente la realización de biopsias sin perder por esto sensibilidad y especificidad, permitiendo seleccionar mejor a los pacientes que requieren biopsias, procedimiento con riesgo calculado, y con morbilidad probada.

Palabras clave: Fracción libre del antígeno prostático biopsias de próstata antígeno específico de próstata.

2002-12-19   |   4,514 visitas   |   4 valoraciones

Vol. 62 Núm.4. Julio-Agosto 2002 Pags. 172-175. Rev Mex Urol 2002; 62(4)