Fragmento

Reflexionar sobre las condiciones de salud de la población mexicana a finales de siglo XX invita al análisis de un fenómeno social cuyas tendencias son determinadas por factores externos e inherentes a la práctica médica y sanitaria. Cuando hablamos de la salud y los motivos que la alteran, nos vemos obligados a incursionar en los espacios donde el hombre y la mujer nacen, viven, crecen, trabajan, aman y mueren. Medir niveles de salud nos obliga a establecer criterios, umbrales, métricas y referentes que describan las condiciones óptimas del desempeño biológico y social del ser humano, así como sus desviaciones de este ideal. Lo cierto es que todos los indicadores que utilizamos para medir los progresos alcanzados en salud expresados en las tasas de mortalidad, en la esperanza de vida, cobertura, acceso y utilización de los servicios de salud, así como muchos otros descriptores estadísticos, son sólo una aproximación numérica e incompleta de la compleja realidad. Pero aun así, es lo mejor que tenemos.

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2004-11-18   |   1,037 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 136 Núm.1. Mayo-Junio 2000 Pags. 9-10 Gac Méd Méx 2000; 136(Supl. 1)