Resumen

El propósito de este estudio es evaluar la consistencia y la estructura interna de las escalas de adicciones incluidas en el MMPI-2: la Escala de Alcoholismo de MacAndrew Revisada (MAC-R), la Escala de Reconocimiento de las Adicciones (RA) y la Escala de Predisposición a Problemas con las Adicciones (PPA). Asimismo, se pretende evaluar las diferencias en las puntuaciones de estas escalas entre dos muestras. El inventario fue aplicado a dos muestras de la población mexicana; el primer grupo estuvo constituido por 136 sujetos del sexo masculino que tenían problemas de alcoholismo y un segundo grupo conformado por 860 sujetos voluntarios del sexo masculino, que formaban parte de la muestra normativa de la población general mexicana. Se calculó la prueba t de Student para identificar las diferencias entre las medias en ambos grupos; la consistencia interna de las escalas de las adicciones fue obtenida mediante el Coeficiente Alfa de Cronbach y la estructura interna fue estimada con el Análisis Factorial. Los resultados indican la existencia de diferencias significativas en las escalas de adicciones MAC-R, PPA y RA, entre los grupos; observándose mayor puntuación en las medias del grupo de alcohólicos, de este modo las escalas discriminan a un grupo del otro. El coeficiente Alfa de Cronbach obtenido en ambos grupos muestra que las escalas de adicciones tienen una consistencia interna adecuada, lo que indica que dichas escalas son confiables en la población mexicana. Con respecto al análisis factorial, los resultados muestran que las escalas de adicciones tienen validez cuando se evalúa a sujetos alcohólicos mexicanos. De estos resultados se puede concluir que el MMPI-2 es adecuado para identificar características de la personalidad en sujetos alcohólicos, que son diferentes a las características de otros sujetos que no lo son.

Palabras clave: Adicciones alcoholismo MMPI-2 consistencia interna estructura interna.

2002-12-17   |   2,330 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 22 Núm.3. Mayo-Junio 1999 Pags. 14-19 Salud Ment 1999; 22(3)