Luis Pasteur: Mito y verdad.

En la conmemoración del centenario de su muerte 

Autor: Garrocho Sandoval Carlos

Fragmento

El genio de su tiempo Para valorar a alguien en su dimensión justa es necesario tomar en cuenta los elementos a su alrededor, dado que el ambiente en el que le toca desempeñarse con frecuencia resulta decisivo en la expresión de sus potencialidades individuales. Si se acepta, pues, que el hombre es producto tanto de sus genes como de su época y de su medio, debemos tratar de colocarnos un poco en su medio y en su época para entenderlo y para medirlo en su valor real. En 1848, durante los días de juventud de Luis Pasteur, Carlos Luis Napoleón Bonaparte había sido electo presidente de la república, y muy pronto coronado emperador con el nombre de Napoleón III. Así Pasteur fue testigo de dos grandes empresas de su país: la liberación de Italia en 1859 y la intervención en México, en 1861. Sufrió las angustias de la guerra francoprusiana, el sitio de París y la frustración de la derrota de 1870, que finalmente llevó a destruir al emperador y a restaurar la república. Este acontecimiento acendró profundamente sus sentimientos patrióticos y, aunque ya era un nacionalista ferviente, lo fue más a partir de entonces.

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2005-02-04   |   2,428 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 42 Núm.4. Octubre-Diciembre 1995 Pags. 185-192 Rev Mex Patol Clin 1995; 42(4)