Durante la práctica clínica cotidiana nos enfrentamos a problemas de desacuerdos con nuestros colegas respecto a diagnósticos clínicos o a obtener resultados diferentes de un interrogatorio o exploración física realizados por nosotros mismos en diferentes momentos. Esto sucede también cuando revisamos literatura médica y encontramos que los resultados obtenidos por estudios orientados al mismo objetivo son diferentes o contradictorios. Tales diferencias pueden traducir errores en el procedimiento de obtención de la información, cuantificación de la misma, análisis de la información y/o en la interpretación de los resultados. La validez de los resultados está dada por la exactitud o certeza y por la consistencia o repetibilidad de las observaciones que son los dos atributos más importantes a considerar durante todo el proceso. Estos atributos pueden ser alterados por errores debidos al azar o aleatorios, no prevenibles pero si cuantificables, y por los errores sistemáticos o sesgos que son evitables e inaceptables. La discrepancia entre dos o más observadores es llamada discordancia y cuando se presenta en un mismo observador se denomina inconsistencia. Entre los pasos a seguir en la evaluación de la concordancia entre observadores se encuentran el definir tanto objetivos claros de comparación como criterios precisos de interpretación, evaluaciones a “ciegas” e “independientes”, mantener la validez interna y externa del proceso, uso del método estadístico adecuado al tipo de información, identificar todas las fuentes posibles de viabilidad y, sobre todo, establecer medidas adecuadas de prevención.
Palabras clave: Concordancia entre observadores concordancia intraobservadores consistencia validez interna validez externa regresión a la media error aleatorio error sistemático.
2005-02-08 | 9,869 visitas | 2 valoraciones
Vol. 58 Núm.1. Enero-Marzo 1995 Pags. 32-35 Rev Med Hosp Gen Mex 1995; 58(1)