Autor: Sánchez Múnera Jorge Luis
Debido a la falta de una prueba reina, el diagnóstico de la esclerosis múltiple (EM) ha tenido que sustentarse en la clínica desde los tiempos de las primeras descripciones anatomopatológicas de Jean Martin Charcot en l868. El médico puede sospechar la enfermedad ante la sintomatología clínica con característica diseminación en tiempo y espacio en el sistema nervioso, el carácter transitorio típico de los ataques, los signos neurológicos anormales asociados a la naturaleza bizarra de presentación, con particular predilección por sustancia blanca en nervios ópticos, tallo cerebral, vías piramidales, sensitivas, auditivas y cerebelosas, usual curso remitente-recurrente con tendencia a la cronificación y sumación de discapacidad durante la evolución. Ayuda además el hecho de ser más frecuente en mujeres que en hombres en razón de 2 a 3, comienzo de síntomas entre los 20 y 40 años, mayor prevalencia en ciertas regiones del mundo y susceptibilidad étnica que está en relación con factores genéticos de descendientes de caucásicos procedentes del norte de Europa y posibles factores ambientales todavía en estudio. Puede además dudar, mas no descartar el caso, ante presentaciones atípicas como compromiso de sistema nervioso autónomo principalmente en su rama parasimpática, ataques de tipo epiléptico o compromiso demencial desde su comienzo.
2005-02-18 | 1,778 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 19 Núm.3. Julio-Septiembre 2003 Pags. 96-101 Acta Neurol Colomb 2003; 19(3)