Autor: Virreira Reyes Gonzalo
Distinguidas Damas, Caballeros: Finalizaba el siglo XVIII, nacía en Cumaná, Antonio José de Sucre y Alcalá que con el correr de los años iba a convertirse en una personalidad inolvidable por su trayectoria militar y de estadista. No me referiré a su biografía, historiadores muy capacitados ya lo han hecho. Quiero recordar la figura del hombre que vino al mundo guiado por una estrella de fulgente luz que le acompañó durante su corta existencia y lo convirtió en el vencedor de Ayacucho, en el Presidente de una nación que recién nacía a la libertad, en el hombre que dedicó todo su esfuerzo a organizar nuestra querida patria, que se preocupó por impulsar la educación en escuelas públicas, Universidades, que tuvo como horizonte la salud del pueblo. Fue corta su vida pero muy fecunda, creó una nación en la que se venera su memoria. Su egregia figura y el antecedente de haber sido asilado en esta casa que entonces pertenecía a una ilustre familia Chuquisaqueña, después del motín de Abril en que fue herido, sirvió de inspiración para que faltando pocos años para terminar el siglo XIX, en esta hermosa y apacible ciudad que no hacía mucho fue escenario del más bello triunfo por la libertad, un grupo de ciudadanos, médicos todos, preocupados por la deficiente enseñanza de la medicina, por las malas condiciones de salud de la población, decidieron fundar una Institución, crearon el Instituto Médico “Sucre”, designación adoptada en homenaje al Gran Mariscal de Ayacucho.
2005-03-03 | 1,037 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 60 Núm.106. Marzo-Diciembre 1995 Pags. 10-12 Rev Inst Med Su 1995; LX(106-107)