Autor: Anzurez López Beatriz
Tanto para el especialista en pediatría como para el médico general que atiende niños es importante conocer los aspectos epidemiológicos de las neoplasias en la población que atienden, ya que en algunos casos tendrá que considerar la posibilidad de una neoplasia en el diagnóstico diferencial de los pacientes. Pensar que los tumores malignos son únicamente un problema de salud de la población de edad avanzada puede conducir a un diagnóstico tardío, lo que puede ser fatal para el paciente. El cáncer es un enemigo mortal al acecho del ser humano sin importar edad, sexo, raza condición socioeconómica, credo religioso o político. Desde recién nacido hasta el término del crecimiento, un paciente que atendemos puede padecer cáncer. Mucho se ha adelantado en el tratamiento de los procesos malignos para su curación, o para remisiones de mayor tiempo. Su tratamiento siempre dependerá del oncólogo o del hematólogo, pero su detección y la oportunidad para remitirlo al especialista es responsabilidad de todos los médicos que atendemos niños. Saber es nuestro deber para reconocer cuándo estamos frente a un proceso maligno, ya que el no hacerlo puede ser la diferencia entre la vida o la muerte para un niño.
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2002-12-19 | 829 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 64 Núm.3. Julio-Septiembre 2001 Pags. 129-130. Rev Med Hosp Gen Mex 2001; 64(3)