Autores: Caldera Elisa Estela, Reyes Dorantes Ángel Andrés, González Ortiz Julio Alberto
Objetivo: conocer la evolución de los pacientes con distintos grados de insuficiencia hepática agrupados de acuerdo con la clasificación de Child Pugh sometidos a erradicación de várices esofágicas con el empleo de ligadura endoscópica. Diseño: estudio prospectivo, longitudinal, descriptivo y comparativo. Sede: Hospital Central Militar, Departamento de Endoscopia. México, D.F. Metodología: se hospitalizó a 124 pacientes con várices esofágicas, con antecedentes de hemorragia o con hemorragia activa, realizando sesiones de ligaduras cada cuatro semana hasta la erradicación y sesiones de control cada tres meses. Resultados: en el total de la muestra (n = 124) se realizaron 425 sesiones de endoscopia, 239 aplicaciones de ligas y 187 sesiones de control. En 100% de los pacientes se erradicaron las várices. Dos terceras partes de los Child A se erradicaron con una sesión y 1/3 parte dos sesiones. Los Child B en 66% una sesión, 22% dos y 12% tres. Los Child C, en 50% se erradicaron con dos sesiones, 47% con tres, 2% cuatro sesiones. El periodo de seguimiento fue de cuatro meses como mínimo y 13 meses como máximo (promedio de siete meses). En 15% de los pacientes recidivaron las várices. Ningún Child A recidivó; 7.3% de los Child B requirieron en 2/3 una sesión de ligas más para volver a erradicar y en 1/3 dos sesiones, los del grupo Child C 28% recidivó requiriendo en 43% una sesión para volver al estado de erradicación, 50% dos sesiones y 7% tres sesiones (p < 0.05). El resangrado se presentó en 7.7% de la muestra, todos los pacientes eran Child C (p < 0.01). La incidencia de gastropatía congestiva antes de las ligaduras fue de 42% y de 73% al finalizar el periodo de seguimiento. El 11% de los pacientes Child A desarrolló gastropatía congestiva después de erradicado, 34% del grupo Child B y 38.5% del grupo Child C (p < 0.05). La incidencia de várices gástricas fue de 21% antes de las ligaduras y al final del seguimiento 17% desarrolló várices gástricas. Ningún paciente Child A desarrolló várices gástricas, 12% del grupo B y 24% del grupo C las desarrollaron (p < 0.05). En toda la muestra se presentó disfagia como complicación en 22.5% que duró menos de una semana y en 0.8% una úlcera de la mucosa. Conclusión: es posible erradicar las várices esofágicas con ligaduras independientemente del grado de reserva hepática. Se requiere un mayor número de sesiones para erradicar las várices en los pacientes con peor función hepática y la incidencia de recidivas, resangrado y complicaciones, así como el desarrollo de várices gástricas y gastropatía es más frecuente en pacientes con pobre reserva funcional hepática.
Palabras clave: Várices esofágicas ligadura endoscópica resangrado gastropatía.
2005-04-04 | 3,025 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 70 Núm.1. Enero-Marzo 2005 Pags. 33-37 Rev Gastroenterol Mex 2005; 70(1)