Enseñanza de la urología

Autores: Santacruz Romero Abraham M., García Procel Emilio

Fragmento

Hablar de la enseñanza de la urología, es remontarnos a épocas muy antiguas en la historia, que nos dan evidencia de la existencia de multitud de instrumentos quirúrgicos y nos induce a pensar en patología urinaria relacionada con la litiasis, tanto en las antiguas culturas mesopotámicas, como en las mediterráneas, y que implican que ya entonces se transmitían conceptos y se desarrollaban habilidades y destrezas para la resolución de algunos problemas urológicos. Con el advenimiento de la escritura y la tradición literaria, son muchas las citas que tienen que ver con descripciones anatómicas y de patología y el empleo de nuevos aparatos como espejos vaginales y escalpelos de uso vesical. Se abordan inclusive aspectos éticos con relación a demarcación de actividades y sanciones morales a la práctica médica, como se puede apreciar en el Juramento Hipocrático. Sin embargo, la gran tradición médico-literaria que en sí implica ya la transmisión intencionada del conocimiento, surge durante el Renacimiento. El tratado de George Bartish (1535-1606) sobre la litotomía contiene un buen grabado que ilustra a esta operación y que fue escrito en 1575. Son notables las descripciones de Andrés Laguna (1439-1560) y de Francisco Díaz (?-1580), ambos españoles, que escribieron los tratados sobre los métodos de extirpación de excrecencias y el primer libro sobre las enfermedades de las vías urinarias que incluyen padecimientos del riñón, la vejiga y la uretra. Por este motivo, algunos historiadores de la medicina han considerado a Francisco Díaz como el padre de la urología. Por cierto, Díaz fue médico de Felipe II y su destreza quirúrgica es alabada en algunos sonetos de Miguel de Cervantes Saavedra y de Lope de Vega.

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2005-04-05   |   915 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 19 Núm.1. Enero-Diciembre 2004 Pags. 10-15 Bol Coleg Mex Urol 2004; 19(1)