Alberto Rizo

Autor: Rizo Gil Alberto

Fragmento

¿Pagar una suma determinada de dinero a una familia que complete satisfactoriamente la vacunación de sus hijos? ¿Crear incentivos para madres que mantengan sus niños libres de desnutrición? ¿Otorgar un subsidio de vivienda a quien observe hábitos higiénicos? ¿Vincular a las obras públicas del municipio a quienes no fuman ni consumen alcohol? Toda una filosofía que posiblemente hará fruncir el ceño de quienes han sostenido que las fuerzas del mercado, mejorarían el acceso a la salud y por ende la participación de la población de sectores económicamente débiles en los planes nacidos de las reformas del sector salud aprobadas en la última década del siglo XX. Todo gobernante reconoce que una población sana siempre será preferible a una legión de personas con salud precaria y que una familia saludable está mejor preparada para participar en el desarrollo de las naciones, cuando en ella el Estado invierte estratégicamente recursos para fomentar la salud y prevenir la enfermedad.

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2005-04-06   |   1,013 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 36 Núm.1. Enero-Marzo 2005 Pags. Colomb Med 2005; 36(1)